
¿Qué pasa? Semanario independiente
año 5, número 218 · Madrid, 2 marzo 1968 · 24 páginas
Separatismo racista, a modo de inofensivo regionalismo, existe en Cataluña
Voz interesada: Regionalismo
Realidad: Separatismo racista.
Ejemplos: El doctor Bartolomé Robert —a quien la República erigió una estatua frente a la Universidad de Barcelona— es el primero que habla del famoso «fet diferencial» al sostener que la configuración craneana del catalán resulta distinta y superior a la del resto de los peninsulares y que el roce de su pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en su raza ignorancia de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón, etc... La estatua del doctor Robert, desaparecida a la liberación de Barcelona, acaba de reaparecer en la hermosa villa de Sitges, según gacetilla de «La Vanguardia» de 29-XII-65.
El arquitecto señor Puig Cadafalch que, por ejemplo, dijo un día refiriéndose a la pérdida de Cuba y Filipinas, que Cataluña nada había perdido por ser asunto de España, que a los catalanes nada importaba, etc.... acaba de ser objeto de homenaje por sus colegas barceloneses al igual que en el año 1966 («La Vanguardia, 9-III-66).
Prat de la Riba reiteradamente mantuvo que la única patria de los catalanes era Cataluña. La República dio su nombre a las calles de muchas ciudades y pueblos catalanes que, sustituido al ser liberados, está volviendo ahora a reaparecer.
Inciden en racismo quienes propugnan porque la dirección espiritual de los católicos de determinada región de una nación católica quede exclusivamente asignada a obispos y sacerdotes originarios de aquélla, olvidando de paso algo tan esencial como que «catolicidad» constituye sinónimo de «universalidad».
Una porción de catalanes acogen la inmigración de mala forma tachando a los forasteros de «xarnegos» «mursianus» y demás lindezas sin tener en consideración lo mucho que les han de agradecer por el bien natural que proporcionan a la región.
Se podrían citar más ejemplos de ese «regionalismo» en Cataluña, pero para muestra bastan estos cinco botones. ¡Combatámoslo!