Mentalidad productiva y conciencia social

Número 25 · Madrid, 1962 · 74 páginas

Solidaridad económica

Todos los españoles nos hallamos implicados en el quehacer económico, impulsado a costa de sacrificios, en una progresiva línea de expansión. Todos debemos también sentirnos partícipes de un perfeccionamiento social asentado en la mejora productiva.

La solidaridad implica una estricta justicia en las relaciones económicas y, singularmente, entre empresarios y trabajadores. Es necesario superar los antagonismos entorpecedores de la producción. Hay que limpiar la base económica de residuos clasistas, de privilegios y rencores sociales, configurando la nueva sociedad sobre los postulados de la justicia y de la reciprocidad.

Es objetivo común de todos los españoles el elevar la renta nacional y su distribución equitativa. Esto reclama el ejercicio simultáneo de una eficaz mentalidad productiva y de una exigente conciencia social.

La vida económica puede alcanzar estadios superadores de la lucha de clases y de antagonismos enervadores del esfuerzo, cuando se orienta con diafanidad al fin social.

Esta es la línea propuesta por nuestro Régimen, la cual ha permitido el avance más considerable registrado por España, precisamente en uno de los períodos más difíciles de su historia, y que puede también garantizar el éxito del desarrollo económico, operación que emplaza actualmente a la comunidad entera.

La batalla para el acrecentamiento de la riqueza nacional —batalla del hombre con la naturaleza—sólo puede terminar en victoria definitiva cuando existe la verdadera solidaridad, cimentada sobre el unánime esfuerzo y el beneficio social compartido.