El mensaje de José Antonio
Número 15 · Madrid, 1961 · 68 páginas
Tradición y modernidad. Cultura y función social
La colección «Nuevo horizonte» se propuso alertar conciencias y concitar energías para un futuro español. Y al tratar del futuro nada más necesario que incluir entre los lemas objeto de atención preferente el relativo a la educación. «Lo que no es tradición es plagio», escribió el maestro Eugenio D’ Ors. La tradición viva, como es notorio, cuenta con un importante bagaje científico en su contenido. Por cualquiera de los posibles sentidos de la frase que se quiera marchar asoma el tema importante de la educación, camino por el que los españoles recién llegados a la comunidad han de marchar hasta incorporarse plenamente a ella, en su actividad laboral y en su plena dimensión humana, como profesionales y como simples hombres.
La actividad laboral es definitoria de la personalidad de los individuos y de los pueblos. Según como trababa un individuo o un pueblo, puede saberse que potencias espirituales está poniendo en juego. Conociendo su actividad laboral se tiene una radiografía de su constitución y de su futuro. Una ambición nacional ha de tener por base la potenciación de las actividades que la comunidad va a desempeñar, para orquestar los esfuerzos desde las tareas más elementales hasta las grandes obras de creación espiritual.
El español no es un hombre nuevo. Tiene a sus espaldas una vieja y gloriosa historia, una personalidad acuñada, una visión de la cultura, un sentido de la vida. Cuantos instrumentos se arbitren, recursos de tioo sociológico y económico, son medios para actuar sobre la personalidad española y ponerla a punto. Esta es la importancia de la educación y de su extensión social, su panel en la creación de una sociedad nueva anclada en las claves tradicionales de la personalidad española.